La ciudad de Florida donde los republicanos celebrarán su convención nacional impuso este lunes el uso obligatorio de mascarillas, en momentos en que el alarmante aumento de casos en Estados Unidos provoca divisiones profundas respecto de los esfuerzos de mitigación de la pandemia.
Con 125.000 muertos en Estados Unidos y en momentos en que muchos de los 50 estados experimentan una escalada de nuevos contagios, algunos gobernadores volvieron a cerrar bares y restaurantes a pesar de que la Casa Blanca aún adjudica el aumento de casos a que se están haciendo más pruebas.
La ciudad de Jacksonville, en Florida, donde los republicanos celebrarán su convención nacional en un evento que el presidente Donald Trump esperaba libre de distanciamiento social, anunció el lunes el uso obligatorio de mascarillas en público.
Esta medida es un golpe para Trump, quien había ordenado hace tres semanas que la convención nacional republicana se realizara en Jacksonville porque la ciudad donde ésta iba a realizarse inicialmente -Charlotte, en Carolina del Norte- imponía estrictas medidas de distanciamiento social.
Por eso, unos 200 médicos de Florida escribieron el fin de semana una carta a Lenny Curry, el alcalde republicano de Jacksonville y un gran simpatizante de Trump, pidiéndole que suspendiera el evento.
La carta indicaba que se esperaba que unas 40.000 personas de todo el país asistieran a la convención nacional republicana.
"Permitir que esta cantidad de gente venga a Jacksonville indudablemente provocará enfermedad, es previsiblemente dañino y médicamente irrespetuoso para los ciudadanos de esta ciudad y para el resto del país", escribieron los doctores.
Curry no ha hecho comentarios sobre el cambio de curso respecto del uso de mascarillas en Jacksonville y no asistió a la conferencia de prensa donde su portavoz hizo el anuncio.
En un tímido esfuerzo por contener la propagación del virus, el viernes Florida prohibió la venta de alcohol dentro de los bares.
Además, las playas del sur de Florida, donde están las ciudades costeras de Miami y Fort Lauderdale, estarán cerradas el fin de semana próximo, cuando se festeja el Día de la Independencia.
- Horas de cola en Texas -
Los mensajes mixtos del gobierno y la Casa Blanca han complicado los esfuerzos para frenar la pandemia en un país que registra más de 2,5 millones de infecciones.
Mientras Trump busca olvidar el tema del coronavirus, su propio asesor de Salud ha advertido que el país está en un punto de inflexión inminente.
"Se está cerrando la ventana para que podamos tomar medidas y tener esto bajo control", dijo el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, a CNN el domingo.
Deseoso de proyectar pragmatismo, el vicepresidente Mike Pence abogó el domingo a favor del uso de mascarillas, pero también dijo que el gobierno delegará este asunto a los gobernadores.
Pence llevaba una máscara el domingo cuando visitó Dallas, donde se reunió con el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Días atrás, Abbott había ordenado que se cerraran todos los bares de las grandes ciudades del estado, tras reconocer que había reabierto la economía demasiado pronto.
"COVID-19 ha dado un giro muy rápido y peligroso en Texas en las últimas semanas", dijo Abbott el domingo.
Los centros de pruebas de coronavirus en este estado están saturados. El lunes, una fila de más de 200 vehículos atravesaba un estacionamiento en el norte de Houston.
En uno de ellos estaba Fernando Gálvez, un estudiante de medicina de 24 años que sufría de fiebre, tos y opresión en el pecho desde hacía tres días.
"He estado esperando por casi siete horas, es una locura", dijo a través de la ventanilla de su coche.
- "¡Despierta, América!" -
En el vecino Arkansas, el gobernador republicano Asa Hutchinson dijo que estaba "alentando el uso de máscaras", una medida menos decisiva que la emitida por el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, quien impuso su uso obligatorio.
Mientras tanto en Nueva York, el anterior epicentro del virus, se han reducido drásticamente los casos y el gobernador demócrata Andrew Cuomo instó a los estadounidenses a tomar la amenaza de la pandemia más en serio de lo que lo hace el gobierno federal.
"Es hora de despertar, Estados Unidos. La Casa Blanca ha estado negando el coronavirus desde el principio y la respuesta federal ha sido incorrecta", dijo Cuomo.
Trump se ha mantenido al margen de la crisis. Pasó el domingo en su club de golf de Virginia y disparó docenas de tuits incendiarios, pero en gran medida se alejó de los problemas vinculados al covid-19.
Su rival electoral, el demócrata Joe Biden, ofreció una recomendación corta y al pie cuando tuiteó: "Usen mascarillas".